domingo, febrero 02, 2020
La historia de violinista en el metro
Un hombre se sentó en una estación de metro de Washington DC y comenzó a tocar violín, una fría mañana de enero; tocó seis piezas de Bach durante aproximadamente 45 minutos. Durante ese tiempo, ya que era hora de pico, se calcula que alrededor de 1,100 personas cruzaron la estación, su mayoría, en camino al trabajo.
Tres minutos se pasaron cuando un hombre de mediana edad notó al músico, ralentizado el paso y se detuvo por unos segundos, pero siguió después su recorrido para no llegar tarde.
Un minuto después, el violinista recibió su primer dólar, una señora tiró el dinero sin siquiera parar y siguió su camino.
Unos minutos después, alguien se detuvo a la pared para escucharlo, pero mirando el reloj reanudó la marcha. Estaba claramente atrasado para el trabajo
Quien prestó mayor atención fue un niño de 3 años. Mamá lo traía por la mano, apurada, pero el niño se detuvo para mirar al violinista. Por fin, mamá lo sacó con más fuerza y el niño siguió caminando, girando la cabeza varias veces para ver al violinista. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos los padres, sin excepción, obligaron a los niños a continuar.
En los 45 minutos en que el músico tocó, sólo 6 personas pararon por un tiempo. Alrededor de 20 le dieron dinero pero continuaron en su paso normal. Tomó unos 32 dólares. Cuando dejó de tocar y el silencio se ocupó del lugar, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún tipo de reconocimiento.
Nadie sabía que este violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Tocó algunas de las piezas más elaboradas una vez escritas en un violín de 3,5 millones de dólares.
Dos días antes de tocar el metro, Joshua Bell agotó un teatro en Boston, donde cada lugar costó un promedio de 100 dólares.
Esta es una historia real, Joshua Bell tocó incógnito en la estación de metro en un evento organizado por el Washington Post que formaba parte de una experiencia social sobre percepción, gustos y prioridades.
La pregunta era: en un lugar común, en una hora inapropiada somos capaces de percibir la belleza? Paramos para disfrutar? Reconocemos el talento en un contexto inesperado?
Una de las posibles conclusiones que se pueden sacar de esta experiencia puede ser: “Si no tenemos un momento para parar y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocar algunas de las canciones más bien escritas del mundo, cuántas otras cosas estaremos perdiendo?"
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